El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno en el que intervienen tanto factores genéticos como ambientales. El TDAH es un trastorno de conducta que aparece en la infancia, y que se suele empezar a diagnosticar en torno a los 7 años de edad aunque en algunos casos este diagnostico se puede realizar de una manera más precoz. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención en una actividad durante un periodo de tiempo continuado. Además de esto hay niños en los que se observan a su vez problemas de autoestima debidos a los síntomas propios del TDAH y que los padres no suelen asociar a dicho trastorno. A su vez, el TDAH se puede asociar con frecuencia a otros problemas, y sus consecuencias se aprecian en distintos ambientes de la vida del niño, no solo el escolar, sino que también afecta en gran medida a las relaciones interpersonales tanto con la familia, como con otros niños y con sus educadores, siendo estas interrelaciones clave en el desarrollo del niño[1]
A continuación vamos a explicitar los principales síntomas del TDAH. No obstante debemos de tener en cuenta que todos podemos presentar estos síntomas a lo largo de nuestra vida, el alumno/a con TDAH es diagnosticado como tal cuando presenta muchos de estos factores:
§ Presenta inquietud, el niño se mueve en el asiento y le cuesta estar en clase en su pupitre.
§ Se levanta cuando debería estar sentado.
§ Corre y salta en situaciones inapropiadas especialmente en lugares en los que debe esperar.
§ Tiene dificultad para jugar tranquilamente.
§ Excitado a menudo, "como una moto".
§ Habla excesivamente y también lo hace en situaciones que no debe.
§ Responde antes de que finalice la pregunta.
§ Tiene dificultad para guardar el turno en actividades de grupo.
§ Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc.
Síntomas de TDAH con falta de atención:
Síntomas de TDAH con falta de atención:
§ No atiende a los detalles, comete errores.
§ Tiene dificultad para mantener la atención en las actividades que está realizando.
§ Parece que no escucha “ensimismamiento”.
§ No sigue instrucciones, no termina las tareas.
§ Tiene dificultad para organizarse.
§ Evita tareas que requieren esfuerzo de concentración continuado.
§ Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.
§ Se distrae fácilmente con estímulos externos.
§ Se olvida de las tareas diarias.[2]
No hay comentarios:
Publicar un comentario