La pizarra es una superficie encerada de gran tamaño situada sobre una pared, sobre la que es posible escribir o dibujar con tizas blancas o de colores, con el fin de reflejar y compartir con los alumnos un determinado conocimiento.
Entre las ventajas de la pizarra tradicional se encuentran su flexibilidad, ya que permite multitud de posibilidades de uso, dibujar, escribir, remarcar, conectar ideas,…y que permite hacer correcciones. Entre sus inconvenientes encontramos el polvo que suelta la tiza sobretodo para aquellos que presentan alergias, que la información no permanece, y que no permite preparar la información con anterioridad.[1]
Este material es uno de los instrumentos convencionales más utilizados en nuestras aulas. Para el alumnado con TDAH puede resultar un instrumento muy útil así como un instrumento negativo puesto que puede contribuir a dispersarlo lo que no favorece a la canalización de su atención.
Por ello debemos utilizarla enfocada hacia la canalización de la atención de éste. Para ello debemos evitar escribir grandes cantidades de información, colocarla de manera desordenada,…La pizarra debe ser un instrumento donde el alumnado con TDAH refuerce sus hábitos y rutinas. Debemos colocar la fecha siempre en el mismo lado, dejar una parte de ésta para colocar las tareas del día así como las materias a trabajar, sobretodo sino se cuenta con un tablón informativo. Además antes de empezar a trabajar en ésta debemos previamente explicarle al alumnado con TDAH qué vamos a trabajar y qué vamos a poner en esta, así como en aquellas actividades de mayor complejidad para estos, porque les pueden hacer dispersarse como por ejemplo una lluvia de ideas donde vamos colocándolas en la pizarra de manera desordenada, debemos intentar hacerlo de la forma más organizada posible, y llamar la atención de éste constantemente sin llegar a aturdirle. Una buena solución es hacer que él mismo vaya escribiendo las ideas que van surgiendo en el aula, puesto que así además podemos trabajar a la vez pautas de organización en la escritura.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es no llenar la pizarra de información puesto que contribuye a cometa errores debido a sus dificultades de atención, puede cometer fallos omitiendo palabras, o cambiándolas,…por ello es relevante que las informaciones se vayan añadiendo poco a poco y que comprobemos que el alumnado con TDAH está siguiendo las pautas.
No obstante en la actualidad encontramos las pizarras digitales que resultan de mayor utilidad en el trabajo con este alumnado, como veremos en los ejemplos de ayudas tecnológicas.
[1] Gallego Gil, J.; Carretero Díaz, M. A. “Materiales convencionales y tecnológicos para el tratamiento educativo de la diversidad”. UNED. Pág. 37.
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